La lucha contra el blanqueo de capitales debe ser una prioridad para el futuro de todos los bancos
Gabriel Viera, Chief Compliance Officer at Zenus Bank
11 oct 2022
En los sectores bancarios y de servicios financieros, somos testigos de una creciente demanda de clientes, empresas y gobiernos para priorizar el cumplimiento y la gestión de riesgos.
La tensión geopolítica tras la invasión rusa de Ucrania -y la posterior revelación de los vínculos financieros entre el Kremlin y organizaciones de las democracias occidentales- ha acelerado la presión sobre los gobiernos para que realicen un esfuerzo más concertado para investigar los pedidos de riqueza inexplicables y proporcionen medidas de información más estrictas para abordar las transacciones ilícitas, y garantizar que se tomen disposiciones sobre sanciones para garantizar que las cuentas bancarias de los ciudadanos permanezcan seguras.
Los responsables de cumplimiento consideran la delincuencia financiera como un riesgo legítimo, no sólo como una actividad de cumplimiento de "marcar la casilla" para atraer a auditores o reguladores, sino como uno de los principales requisitos para todos los bancos. A medida que el sector avanza en esta dirección, todo el ecosistema -aplicación de la ley, reguladores e instituciones financieras- debe adaptarse e innovar con rapidez. De hecho, los reguladores reconocen ahora que el aumento de la sofisticación y las tecnologías innovadoras serán los principales motores para mover la aguja de la verdadera gestión del riesgo financiero. En consecuencia, se está invirtiendo en soluciones más sofisticadas en el sector de la lucha contra el blanqueo de capitales y la delincuencia financiera.
Sin embargo, es evidente que aún queda mucho por hacer para lograr la apertura, fiabilidad y seguridad necesarias para garantizar la protección de los activos de los clientes. Algunas organizaciones, las que han liderado el sector bancario durante décadas, siguen siendo relativamente básicas en sus procesos, como Conozca a su cliente [KYC], AML y revisiones de alertas, con muchos falsos positivos, transacciones perdidas por inquietudes y demoras, recursos, y costos invertidos en actividades ineficaces de reducción de bajo riesgo. Existe la necesidad de progresar y el deseo de innovar con rapidez y eficacia, centrándose en la aplicación de actividades que reduzcan los riesgos elevados y puedan proporcionar alertas ALD en tiempo real tanto en las finanzas tradicionales como en la creciente presencia de activos digitales.
Este es el reto de la próxima década y será cada vez más difícil de abordar: la regulación de activos financieros digitales cada vez más complejos junto con la aceleración continua de la globalización, las finanzas internacionales y las transacciones transfronterizas sin fisuras. El auge de las finanzas integradas -que ofrecen servicios de pago instantáneo de un banco a instituciones no financieras, desde supermercados al sector minorista o proveedores empresariales- significa que vigilar la legalidad de cada transacción instantánea es más importante que nunca, sobre todo cuando se une a modelos empresariales que cambian significativamente. La llegada de los bancos digitales y el trabajo a distancia implican que las transacciones financieras -tanto internamente dentro de la empresa como externamente entre diferentes cuentas empresariales y personales- operan a través de las fronteras cada segundo del día.
Para bancos como Zenus, que ofrece una cuenta bancaria en Estados Unidos, y que permite a clientes de más de 180 países depositar, retener y realizar pagos a través de la infraestructura bancaria estadounidense, la necesidad de servicios seguros de lucha contra el blanqueo de capitales para particulares y empresas de todo el mundo es imperativa. Además, debe estar diseñado para funcionar a gran escala sin problemas.
La adopción de sistemas como el Programa de Identificación de Clientes (CIP) ha sido clave para lograrlo. Esta tecnología agiliza el proceso de incorporación de todos los nuevos clientes mediante el reconocimiento facial y de voz, combinado con inteligencia artificial, eliminando prácticamente el riesgo de que personas o empresas creen cuentas falsas. El CIP también valida miles de documentos de identidad en cuestión de segundos, comparando el documento del cliente al enviar las transacciones con su reconocimiento facial para proporcionar seguridad financiera contra el blanqueo de dinero. Este tipo de integración del ciclo completo de validación biométrica del cliente y la conectividad sin fricciones con múltiples proveedores es esencial para las irregularidades financieras y la prevención del fraude, al igual que la eliminación de los antiguos sistemas de protección, como la necesidad de contraseñas, preguntas personales u otros eslabones débiles de la cadena de seguridad.
Estos sistemas contribuirán a definir la seguridad del sector bancario mundial y serán esenciales para ayudar a garantizar que los sistemas financieros puedan funcionar de forma segura y proporcionar estabilidad, especialmente en las economías emergentes. Un informe de PwC destacó que Brasil, Indonesia, México y Turquía desarrollarán sectores bancarios de escala comparable a las principales economías europeas como Reino Unido, Francia e Italia antes de 2040. Mientras tanto, el informe de EY en 2019 mostró que la inclusión financiera puede ayudar a impulsar el PIB hasta en un 14 % en las grandes economías en desarrollo -como India- y hasta en un 30 % en los mercados fronterizos de África y América del Sur. Tal demanda requiere una actividad financiera sin fricciones, garantizando así que las empresas tengan acceso constante al capital para invertir, estabilidad al saber que pueden operar con proveedores bancarios establecidos y la seguridad de que su dinero está protegido y prestado por bancos con servicios AML líderes en la industria.
Todas estas propiedades son esenciales para crear un futuro nuevo y estable para la industria bancaria global, que comienza con los bancos brindando un futuro seguro a través de la inversión en servicios ALD innovadores.