Acceder a servicios financieros globales y aprovechar las nuevas oportunidades puede ser una tarea desalentadora en muchos lugares del mundo. Los sistemas bancarios tradicionales a menudo carecen de la infraestructura y el alcance necesario para conectar sin problemas con la comunidad financiera internacional. 

Enviar y recibir fondos a través de las fronteras puede ser muy costoso. Las economías en desarrollo suelen estar sujetas a elevadas comisiones por transacción, altas comisiones por cambio de divisas y costos ocultos. Esto dificulta la participación de personas y empresas en el mercado mundial.  

A menudo, las transferencias internacionales sufren de tiempos de procesamiento lentos, que causan retrasos e ineficiencias. Esto puede obstaculizar gravemente las operaciones comerciales, perturbar los planes financieros personales y limitar las oportunidades de crecimiento económico.  

Manejar varias divisas puede ser un dolor de cabeza. Con frecuencia, las economías en desarrollo se enfrentan a tipos de cambio desfavorables, lo que expone a particulares y empresas a posibles pérdidas durante las transacciones transfronterizas.